Para que se comprenda bien la explicación tendremos que ponernos en antecedentes y remontarnos a los primeros años de la bodega.
Por aquel entonces la bodega se encontraba en la parte trasera de la casa familiar y para acceder a ella había que atravesar un patio bastante grande. Los niños de la casa, que eran muchos, decidieron criar un pato en dicho patio y como es lógico acudían a diario a alimentarlo.
El caso es que los niños pasaban gran cantidad de tiempo en el patio y cuando salían no iban derechos precisamente.
Al percatarse el abuelo de aquello decidió averiguar qué estaba ocurriendo en aquel patio y cual fue su sorpresa cuando se encontró con la bodega abierta y sin la mitad de las existencias del vino que estaba preparando para vender.
Desde aquel momento aquel vino se empezó a conocer como el del pato y de ahí pasó a llamarse El Pato.